domingo, 1 de junio de 2014

Madrigal

El madrigal es un poema breve que utiliza la forma métrica de la silva. Es decir, está compuesto de un número no fijo de endecasílabos y heptasílabos libremente dispuestos, con rima consonante, y puede tener algún verso suelto. Es muy frecuente que termine en un pareado. La extensión media esta entre los ocho y los quince versos, aunque puede exceder esta medida.

El término de madrigal designa más bien un concepto de poética, pues métricamente es exactamente Igual que la silva. Poéticamente se caracteriza por exponer un pensamiento amoroso, suave y delicado, y frecuentemente pastoril. Es una composición de carácter breve y fue introducida en España en el siglo XVI como influjo de la literatura italiana.

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

(Gutierre de Cetina [1])

Su uso se ciñe principalmente a los siglos XVI y XVII. Gutierre de Cetina es el primer autor que escribe madrigales en castellano. En el siglo XVII su utilización disminuye, sólo merecen ser citados uno de Francisco Medrano y otro de Francisco Pacheco.


    [1] Gutierre de Cetina (Sevilla, 1520 - México, 1557). Poeta y prosista español, nacido en Sevilla alrededor de 1517, y muerto en Puebla de los Ángeles (México) en torno al año de 1557. Su trayectoria poética, enteramente ligada a los metros y argumentos petrarquistas, le convierte en uno de los principales fortalecedores de poesía italianizante en la literatura española.

Fuente:

  • DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José. Diccionario de Métrica Española. Madrid - Alianza, 2007

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