martes, 13 de mayo de 2014

Estrofas de cuatro versos

1. Copla
 
Estrofa de cuatro versos de arte menor, generalmente octosílabos, con rima asonante en los pares. Puede aparecer de manera independiente, o en combinación con otras coplas. También se denomina “cantar”:

“Como la piedra, amigos,
como el canto rodado,
en perpetuo combate
con el agua y los años.

Sí, sed como la piedra,
como el canto rodado:
puros y resistentes,
terribles, obstinados"
(José Agustín Goytisolo)


2. Cuarteto
 
Estrofa formada por cuatro versos de arte mayor, que riman el primero con el cuarto y el segundo con el tercero (ABBA). Es una estrofa de profuso cultivo literario, sobre todo desde el siglo XVI en adelante, pues junto al terceto, forma los sonetos:

"¡Oh dulces prendas por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería,
juntas estáis en la memoria mía
y con ella en mi muerte conjuradas!

¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas qu’en tanto bien por vos me vía,
que me habiades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?

Pues en una hora junto me llevastes
todo el bien que por términos me distes,
llévame junto al mal que me dejastes;

si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes porque deseastes
verme morir entre memorias tristes"
(Garcilaso de la Vega)

San Juan de la Cruz lo empleó en combinación con otros cuartetos en algunas de sus composiciones, por ejemplo, en el poema “Un pastorcico, solo, está penando”, que se compone de un total de cinco cuartetos. Durante el Neoclasicismo comenzó a utilizarse, siempre en endecasílabos, como estrofa aislada; en el Romanticismo innovó su estructura incluyendo una rima aguda u oxítona en los versos pares. Un ejemplo de estrofa aislada sería:

"Dices que tienes corazón, y solo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón... es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido"
(Gustavo Adolfo Bécquer)

A partir del Modernismo es frecuente, para ésta y otras estrofas, la sustitución del endecasílabo por el alejandrino:

"¡Corazón, alma en flor, oh rosal ignorado,
de rosas amarillas y perfume doliente!,
¿por qué, en este rincón de jardín olvidado
te mustias, en un sueño de auroras de poniente?"
(Juan Ramón Jiménez)
  

3. Serventesio

Estrofa de cuatro versos de arte mayor, en la que riman el primero con el tercero y el segundo con el cuarto (ABAB). Puede considerarse como una variante del cuarteto, y como tal es una de las estrofas que puede integrar el soneto. Ambas formas han seguido una evolución histórica similar. El serventesio fue utilizado en los sonetos que escribió el Marqués de Santillana “al itálico modo” con mayor frecuencia que en el XVI:

"Non solamente al templo divino,
donde yo creo seas reçeptada
segund tu ánimo santo benigno,
preclara infante, muger mucho amada,

mas al abismo o çentro maligno
te seguiría, sy fuesse otorgada
a cavallero por golpe ferrino
cortar la tela por Cloto filada.

Assí non lloren tu muerte, maguer sea
en hedad nueva e tiempo triumphante,
mas la mi triste vida que dessea

yr donde fueres, commo fiel amante,
e conseguirte, dulçe mía ydea,
e mi dolor açerbo e inçessante" 
(Marqués de Santillana)

Puede encontrarse también en composiciones escritas, exclusivamente, a base de serventesios, por ejemplo el poema de Juan Ramón Jiménez titulado “Balada de la mujer morena y alegre”, compuesto por 6 de estas estrofas:

"¿Carne de música, rosal de sangre loca,
sol con estrellas, manzana matutina,
pon en mi boca las rosas de tu boca,
tu boca roja de sol y coralina!"
(Juan Ramón Jiménez)


4. Redondilla

Estrofa de cuatro versos de arte menor, en la que riman el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero (abba). Posee la misma disposición que el cuarteto, del que se diferencia por el empleo del arte menor para sus versos. La rima es mayoritariamente consonante, pero también se encuentran ejemplos de rima asonante. Es una de las formas métricas más utilizadas durante la Edad Media y en todo cultivo posterior de literatura de corte popular, pues se usa para la composición de coplas castellanas, villancicos y canciones:

"¿Con qué ojos me miraste,
Que tan bien te parecí?
¿Quién te dijo mal de mí,
que tan presto me olvidaste?"
(Cancionero Sevillano)

Son muchos los autores que después cultivan las series de redondillas: Diego Hurtado de Mendoza, Herrera, Quevedo, etc.

"Yo moriré tan ufano
si tu merced lo consiente,
que sentiré solamente
no auer muerto más temprano"
(Fernando de Herrera)

Románticos, Modernistas y Posmodernistas seguirán empleando las redondillas en composiciones de sabor popular. Conformará, así mismo, variados pasajes en verso de obras teatrales de José Zorrilla, Juan Eugenio Hartzenbusch y Manuel Bretón de los Herreros.


5. Cuarteta

Estrofa de cuatro versos de arte menor en la que riman el primer verso con el tercero y el segundo con el cuarto (abab). Su disposición es idéntica a la del serventesio, del que se diferencia por el empleo del arte menor para sus versos. La rima es mayoritariamente consonante, pero también se encuentran ejemplos de rima asonante. Aparece en la Edad Media en textos juglarescos en los que sólo riman en asonante los versos pares y quedan libres los impares (abcb), estructura que se conserva, también, en el Renacimiento y el Barroco, alternando con la forma “preceptiva” y que recibe el nombre de “cuarteta asonantada” o “tirana”. Puede encontrarse formando parte de estructuras estróficas más amplias, como villancicos, glosas, etc., o en series compuestas exclusivamente por cuartetas.

Ejemplo de cuarteta:

"Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida"
(Miguel Hernández)

Ejemplo de cuarteta tirana:

"Antes entres en un fuego
que en casa de una joyera,
y antes que a la platería
vayas, irás a galeras"
(Quevedo)


6. Seguidilla simple

Estrofa de cuatro versos de arte menor, en la que alternan pentasílabos (segundo y cuarto) con heptasílabos (primero y tercero), y que mantiene como disposición de rimas el mismo emparejamiento que en la medida. El esquema de la estrofa sería: a7b5a7b5. La seguidilla se asocia con la poesía popular y con el baile. El uso de la seguidilla simple se remonta a los siglos XI y XII en que aparece formando las jarchas. También se cultiva en el Renacimiento tanto en la forma expresada como con alguna variante en la medida de los versos: no son infrecuentes esquemas del tipo: 7-6-7-6. La rima puede ser tanto consonante como asonante y, en ocasiones, cabe la posibilidad de que sólo rimen los versos pares, es decir, los pentasílabos. Hasta el siglo XVII podía organizarse en dos versos largos que son los que, posteriormente, se escindirían en cuatro.

Con el Modernismo y con los poetas de la generación del 27, la seguidilla experimenta un nuevo auge; García Lorca se erige en uno de sus máximos cultivadores, pero también está presente en la obra de otros poetas coetáneos.

"Torerillo en Triana
Frente a Sevilla.
Cántale a la Sultana
tu seguidilla"
(Gerardo Diego)


7. Seguidilla gitana

Estrofa de cuatro versos en la que alternan los hexasílabos (versos primero, segundo y cuarto) con un endecasílabo (el tercero). Riman en asonante el primer verso con el tercero y el segundo con el cuarto (abaB). El último verso puede ser, en ocasiones, un decasílabo. Quizá el mayor cultivador de la seguidilla gitana sea Manuel Machado:

"Las que se publican
no son grandes penas;
las que se callan y se llevan dentro
son las verdaderas"
(Manuel Machado)


8. Estrofa sáfica

Estrofa de cuatro versos que, originaria de Italia, trata de imitar los metros clásicos. Se compone de tres endecasílabos sáficos y de un verso pentasílabo con acento en la primera sílaba (verso adónico). Es un tipo de cuarteto lira. Aparece en España en la época en que se recibe un mayor influjo de las letras italianas, en el siglo XVI. En ese momento no gozaba de rima; será con posterioridad (en el XVIII) cuando pasen a rimar el primer y el tercer verso. En ocasiones, puede darse un caso de rima interna entre una palabra del segundo verso y otra del tercero. Los máximos cultivadores de esta estrofa han sido, por un lado Esteban Manuel de Villegas (siglo XVII) y por otro Miguel de Unamuno, quien introdujo algunas variaciones y propuso unos esquemas alternativos: A11B11C11b5; A11B11A11b5; A11B11c7b5, etc.

"Tú me levantas, tierra de Castilla,
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
al cielo, tu amo".
(Miguel de Unamuno)

Existe también la que se conoce como “Estrofa de Francisco de la Torre” que sería una variante de la estrofa sáfica, de la que se diferencia sólo por tener el cuarto verso heptasílabo:

"Escuchad vos mis quejas, que mi llanto
no es indicio de no rabiosa pena;
no vayan tan perdidas como siempre
tan bien lloradas lágrimas"
(Francisco de la Torre)


9. Cuaderna vía

Estrofa formada por cuatro versos alejandrinos que mantienen una misma rima consonante (AAAA, BBBB...). Es la estrofa típica de los poetas cultos de los siglos XIII y XIV pertenecientes al Mester de Clerecía. En esta estrofa se escribieron las obras de Gonzalo de Berceo (Milagros de Nuestra Señora, Vida de San Millán de la Cogolla, etc.), el Poema de Fernán González, el Libro de Alexandre...

"Mester traigo fermoso, non es de joglaría,
mester es sin pecado, ca es de clerezía
fablar curso rimado por la quaderna vía,
a sílabas contadas, ca es grant maestría".
(Libro de Alexandre)


10. Cuarteto lira

Estrofa de cuatro versos que combina heptasílabos y endecasílabos, como todas las formas “aliradas” introducidas en España por influjo de la literatura italiana. La manera de combinarse los versos es variable; la disposición de las rimas, por su parte, sigue dos esquemas fundamentales: bien riman primero y tercero y segundo y cuarto, bien riman primero y cuarto y segundo y tercero. Lo normal es el empleo de la consonancia, pero también hay ejemplos de cuarteto lira con rima asonante. Esquemas posibles serían, por tanto: AbBa, aBAB, AbAb, etc.

"¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas"
(Gustavo Adolfo Bécquer)

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Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida (Sevilla, 17 de febrero de 1836-Madrid, 22 de diciembre de 1870), más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo. Por ser un romántico tardío, ha sido asociado igualmente con el movimiento posromántico. Aunque en vida ya alcanzó cierta fama, solo después de su muerte y tras la publicación del conjunto de sus escritos alcanzó el prestigio que hoy se le reconoce. Su obra más célebre son las Rimas y Leyendas. Los poemas e historias incluidos en esta colección son esenciales para el estudio de la literatura hispana, sobre la que ejercieron posteriormente una gran influencia.

El Libro de Alexandre es una obra en verso del primer tercio del siglo XIII,1 que narra, con abundantes elementos fabulosos, la vida de Alejandro Magno. Está escrito utilizando la cuaderna vía o tetrástrofo monorrimo alejandrino y se incluye en la escuela poética denominada mester de clerecía. Se compone de 2.675 estrofas y 10.700 versos. Trata uno de los grandes asuntos de la literatura europea occidental. La extensión del texto, que supera los diez mil versos, la relevancia de las fuentes y los asuntos tratados, la enorme erudición que se muestra y la internacionalidad del tema hacen que este libro sea, tal vez, el más interesante de su época.

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